domingo, 27 de mayo de 2007

Nada termina, y nada empieza...

Duermo, y en medio de la noche me despierta Corazón Oxidado, de Fito y Fitipaldis (gracias, micolor, porque la tengo gracias a que tú se la pasaste a tu hermana y ella a mí)...



- ¿Si?
- Hola.
- Hola.
- Soy yo.
- Ya.

Silencio...

- Quiero que vengas.

Al oir esto, me despierto del todo.

- ¿Qué?
- Eso.
- Pero... ¿ahora?
- Sí.

No contesto...

- ¿Juanca?
- ¿En serio quieres que vaya?
- Sí. Bueno, no... el niño.
- ¿Quiere que vaya?
- Sí.
- ¿Está despierto?
- No.
- ¿Entonces?
- Ven.

Y voy... Y así nada se cierra...

1 comentario:

claradriel dijo...

Oh...
Nada se cierra mientras se sobreentienda un yo, un ella o un nosotros.

Malditos pronombres.