Duermo, y en medio de la noche me despierta Corazón Oxidado, de Fito y Fitipaldis (gracias, micolor, porque la tengo gracias a que tú se la pasaste a tu hermana y ella a mí)...
- ¿Si?
- Hola.
- Hola.
- Soy yo.
- Ya.
Silencio...
- Quiero que vengas.
Al oir esto, me despierto del todo.
- ¿Qué?
- Eso.
- Pero... ¿ahora?
- Sí.
No contesto...
- ¿Juanca?
- ¿En serio quieres que vaya?
- Sí. Bueno, no... el niño.
- ¿Quiere que vaya?
- Sí.
- ¿Está despierto?
- No.
- ¿Entonces?
- Ven.
Y voy... Y así nada se cierra...
- ¿Si?
- Hola.
- Hola.
- Soy yo.
- Ya.
Silencio...
- Quiero que vengas.
Al oir esto, me despierto del todo.
- ¿Qué?
- Eso.
- Pero... ¿ahora?
- Sí.
No contesto...
- ¿Juanca?
- ¿En serio quieres que vaya?
- Sí. Bueno, no... el niño.
- ¿Quiere que vaya?
- Sí.
- ¿Está despierto?
- No.
- ¿Entonces?
- Ven.
Y voy... Y así nada se cierra...
1 comentario:
Oh...
Nada se cierra mientras se sobreentienda un yo, un ella o un nosotros.
Malditos pronombres.
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