Al amanecer

Nota: Lo que aquí sigue no me pertenece completamente, he juntado una parte de La Reina del Sur, de Don Arturo Pérez-Reverte, con mis propias palabras, sólo florituras, para personalizarlo un poco...
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Se despertó y quedose un rato en la cama, entre las sábanas arrugadas, descansando, pensando en dónde carajo estaría él, pero tampoco le preocupaba, es un hombre maduro, él sabrá lo que hace... Al rato se levantó para ir al baño, tampoco estaba ahí... Y yendo a la cocina le vio, en el porche de la casa, sentado, dibujando... Él, un hombre hecho en la calle y sin más estudios que los que le dio la vida; ella, emigrada de cualquier lugar y con un pasado por olvidar, con ese olor a hembra que a tantos volvía locos; fuertes cuando estaban solos, débiles delante del otro... Juntos por el azar, sin amarse, o eso creían, pues el tiempo les había unido más de lo que pensaban, vivían con pasión un amor que sospechaban no iba a cuajar. Le observó durante un buen rato, hasta que él apagó la lámpara y, desnudándose, empezó a caminar sobre la arena, en dirección al agua. Vio como se sumergía su cuerpo en el agua, poco a poco, después él se giró y la vio a contraluz, cruzada ya la puerta, mientras se quitaba su camisa y se adentraba en el mar. Se encontraron sus cuerpos, dándose calor cuando aún sentían el frío de la brisa que chocaba con su piel; sintió ella el miembro endurecido contra su vientre, abrió las piernas y lo atrapó con ellas, abrazándole y besándole la boca con sabor a salitre, durante unos segundos permanecieron así hasta que él se le metió bien dentro y vaciaba lento y tranquilo, sin prisas, a la vez que ella le acariciaba la espalda mojada, le mordía la boca... Y así estuvieron mientras a lo lejos veían como la playa iba iluminándose, las gaviotas graznando encima de ellos, anunciando un nuevo día...