Suena el despertador, despierto sin tu boca a mi lado, sin ningún rastro de tí en la cama, cómo si no existieras, cómo si no hubieras pasado esta noche aquí. Durante todo el día busco tus labios entre la gente, y al final los encuentro, pero no eres tú, están impresos sobre otra piel... Me desmorono, regreso a casa y ahí te encuentro, sonriente como siempre.
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