Cada año, el ayuntamiento del pueblo donde trabajo regala árboles de Navidad de algo menos de 1 metro de altura a todos los comercios. Durante unos días, se pueden ver los árboles desnudos pasando frío, hasta que durante los últimos días de colegio los niños de la escuela los decoran con adornos que han montado ellos mismos.
Se pueden ver árboles en cada puerta. Aún así, se nota la crisis: no hay más de cuatro adornos por árbol. Menos mal que el lazo lo paga el ayuntamiento. Otra cosa es el material escolar.